Virus del gato: ¿Cómo se llama y cómo afecta a tu mascota?
Nuestros gatos se acostumbran a infectar por vía oral al consumir quistes que están en los tejidos o heces de otros animales, al consumir alimentos o agua contaminados a veces, al consumir carne cruda (ratones o aves vivas) o a través del intestino, en tal caso se puede ocasionar dolencias hepáticas o pulmonares graves que tienen la posibilidad de ocasionar la desaparición. En el momento en que el gato es infectado por el parásito, empiezan a formarse quistes en los tejidos de los músculos, las vísceras y el sistema inquieto central.
La gravedad de los signos clínicos que puede enseñar un gato con toxoplasmosis va a depender del período en el que se adquiera el parásito. A lo largo del período enteroepitelial, nuestro gato tiene la posibilidad de tener síntomas leves, como diarrea o vómitos.
¿Está totalmente curado el calicivirus felino?
La mayor parte de los gatos se recobran de esta patología sin consecuencias.
Los gatos portadores de calicivirus felinos asintomáticos son gatos sanos que llevan una vida habitual y no necesitan ningún precaución o medicación particular. Tienen la posibilidad de vivir tanto como todos gato. Lo único que tienes que tener en consideración es convivir con gatos que no tengan esta patología a fin de que no la contraiga.
¿Exactamente en qué se distinguen las patologías de perros y gatos?
Ya que la mayor parte de las anomalías de la salud son concretas de la clase, este género de transmisión es extraño. Por servirnos de un ejemplo, la leucemia felina es algo que su perro no va a correr el peligro de padecer. Las alergias a los ácaros difieren aun entre especies, en tanto que no son producidos por exactamente el mismo género de arácnido, con ciertas salvedades. Por este motivo, el más destacable precaución para todas y cada una de las mascotas es la prevención, con la asistencia y orientación de un veterinario.
Si bien algunas patologías se expresan de esta manera en perros y gatos, no supone que logren transmitirse entre ellos. Un caso de muestra es la panleucopenia felina, que puede confundirse con el parvovirus canino gracias a sus síntomas. No obstante, hablamos de 2 nosologías concretas de cada clase y no tienen la posibilidad de transmitirse de una a otra. Por contra, las patologías mentadas previamente en el producto son susceptibles de rastreo, con lo que si sospechamos que nuestro gato puede estar sufriendo ciertas mentadas previamente, es esencial asistir de manera rápida a un veterinario.
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